¿Qué va primero el acondicionador o la mascarilla?
El acondicionador y la mascarilla son los tesoros de la hidratación y la nutrición capilar por excelencia y sí, son totalmente compatibles. De hecho, escoger entre uno u otro es uno de los errores más comunes al crear una rutina de cuidado capilar, por eso te contamos la diferencia entre el acondicionador y la mascarilla. Y es que, a pesar de que los dos contienen ingredientes activos para promover la producción de queratina capilar desde la raíz y el crecimiento del cabello sano, lo cierto es que aportan distintos beneficios al cabello y deben alternarse correctamente para lucir un cabello profundamente hidratado, nutrido y suave.
Los beneficios del acondicionador y la mascarilla
La mascarilla, con una textura más rica, densa y untuosa, y una fórmula altamente concentrada, hidrata intensamente, nutre y revitaliza el cabello para que luzca sedoso y brillante, facilitando además el peinado posterior. Es un tratamiento capaz de reparar los daños yaexistentes en el cabello, proteger de los múltiples factores que lo agreden y dañan diariamente, y aportar los nutrientes necesarios para prevenir el envejecimiento del cuero cabelludo y mantener su salud.
[Miriam’s Tip] “La mascarilla es un tesoro reparador del cabello y es posible potenciar sus beneficios con nuestra paciencia y manos. Al aplicarla, masajea suavemente tu cuero cabelludo y cabello húmedos: empieza con movimientos hacia abajo, cerca de las puntas y, gradualmente, ves avanzando hacia las raíces. Péinate con delicadeza, envuelve tu cabello en una toalla seca y caliente, y déjala actuar antes de enjuagar durante 15 minutos.”
El acondicionador, mucho más ligero, revitaliza el cabello, aportándole brillo y sedosidad. Es un must en tu ritual de cuidado capilar para hidratar, proteger y reparar los microdaños a los que se expone el cabello y cuero cabelludo cada día, para mantener el cabello sano y fuerte.
Cuándo y cómo utilizar cada uno
Ambos, acondicionador o mascarilla, son tratamientos que se aplican después del champú, sobre el cabello limpio y mojado o húmedo y, muy importante, tienen que dejarse actuar antes de enjuagar. Ahora bien, aunque el modo de aplicación sea similar, la frecuencia de uso es bien distinta.
La mascarilla puede aplicarse de una a tres veces por semana, dependiendo del estilo de vida y de lo dañado, castigado y envejecido que esté el cabello.Recuerda que la mascarilla tiene un efecto reparador, por lo que si tu cabello es joven, virgen y sano probablemente con una dosis de mascarilla semanal sea suficiente.
En los lavados en los que utilices la mascarilla, no apliques el acondicionador, que sí se usa después de cada lavado, excepto los días en los que optes por la mascarilla. Esto te ayudará a desenredar el cabello más fácilmente y te aportará esa sensación de suavidad que estás buscando.
Aplicar producto en el cuero cabelludo: ¿sí o no?
A la hora de aplicar tratamientos nutritivos e hidratantes, esta es una de las grandes incógnitas. Muchas personas piensan que, si la mascarilla o acondicionador entran en contacto con el cuero cabelludo, este lucirá graso y parecerá sucio. Nada más lejos de la realidad: nuestras mascarillas están especialmente formuladas para ello.
En el caso del acondicionador, desde Miriam Quevedo recomendamos utilizarlo también en el cuero cabelludo, aplicando una pequeña cantidad de producto de raíces a puntas y dejarlo actuar durante un par de minutos. Mientras que, con la mascarilla, dependerá de tu cuero cabelludo: si lo permite (porque no es graso ni tiene caspa), es posible aplicarla también desde la raíz.